Como parte de la implementación del Laboratorio de Aprendizaje (LABAP), en la Escuela Hernando de Magallanes, se llevó a cabo la charla “Prohibir el uso de celulares es renunciar a educar para el mundo de hoy”, a cargo de Magdalena Claro, académica asociada y directora del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE-UC).
La actividad fue organizada por el Departamento de Educación y Humanidades de la Universidad de Magallanes (UMAG) y el Servicio de Educación Pública de Magallanes (SLEP), financiada por el Ministerio de Educación, a través del ESR MAG 2295 de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio.
Leonardo Velásquez, director del Departamento de Educación de la Universidad de Magallanes, destacó que el evento además se enmarcaba dentro de la Semana de la Educación. “El objetivo principal del LABAP es vincular a las comunidades educativas con expertos, investigadores y académicos, facilitando el acercamiento a temáticas relevantes para el sistema educativo. En esta ocasión, el enfoque estuvo en el debate sobre el uso de celulares en las aulas, un tema de actualidad en Magallanes. Buscamos que educadores y estudiantes reflexionen y tomen decisiones informadas sobre cómo abordar este asunto”, comentó.
La llegada de las nuevas tecnologías digitales ha transformado nuestra vida cotidiana, volviéndose casi imprescindibles. La pandemia de COVID-19 resaltó su importancia en la educación, especialmente en el caso de los teléfonos celulares, que han evolucionado más allá de simples dispositivos de comunicación.
El debate sobre su uso en el aula se centra en si son distracciones o herramientas educativas valiosas. Críticos del uso de celulares argumentan que estos pueden desviar la atención de los estudiantes hacia mensajes, redes sociales y juegos, afectando su concentración y rendimiento académico. Además, se señala que el uso excesivo de celulares limita la interacción cara a cara, perjudicando el desarrollo de habilidades socioemocionales.
Sin embargo, prohibir completamente estos dispositivos plantea otro problema: se niega a los estudiantes la oportunidad de desarrollar habilidades necesarias para manejar de manera crítica y constructiva estas tecnologías. En este contexto, Claro enfatizó que la decisión sobre el uso del celular debe ser responsabilidad de cada comunidad educativa. “Es fundamental establecer reglas claras sobre cuándo y cómo utilizar estos dispositivos. Sin embargo, el enfoque principal debe ser educar a los estudiantes para el mundo digital, acordando normas sobre el uso positivo y saludable de la tecnología, así como desarrollando habilidades digitales críticas y éticas”, apuntó.
La directora de CEPPE UC también advirtió que eliminar el celular no resolverá problemas como el ciberbullying ni otras experiencias negativas. “La clave está en preparar a los estudiantes para convivir en un entorno digital, lo que incluye enseñarles a identificar información falsa y a evaluar críticamente las fuentes”, subrayó.
La experta indicó que la educación digital debe ser transversal y abarcar todas las asignaturas, fomentando una lectura multimodal y el uso de aplicaciones que simulen y representen información de manera efectiva. “Es importante reflexionar sobre cómo nos presentamos en las redes y la influencia de las interacciones digitales en la autoestima, temas que deben discutirse en clases de orientación y convivencia”, señaló.
Además, la investigadora abogó por un plan integral de educación digital que no solo enseñe a usar la tecnología, sino que promueva un entorno seguro y positivo que potencie los aprendizajes y las habilidades laborales. La capacitación docente es crucial para el uso efectivo de la tecnología en el aula y debe incluir la colaboración entre docentes, padres y estudiantes.
El evento concluyó con un espacio de preguntas y discusión donde se invitó a los presentes a compartir sus dudas, inquietudes y reflexiones en torno a este tema tan relevante para la educación en la era digital.
Revisa lo que fue la presentación de Magdalena Claro en el siguiente video
Fuente: Vitalia González (nota) y Mónica Araus (fotos), Dirección de Comunicaciones, UMAG.
