Un proceso de largo aliento: diagnóstico, participación y propuesta
La actualización curricular de 1° básico a 2° medio comenzó formalmente en 2022, tras un diagnóstico técnico que evidenció la necesidad de revisar aspectos clave del currículum vigente desde 2012. A esta fase le siguieron instancias participativas sin precedentes, como el Congreso Pedagógico y Curricular “La Educación es el Tema”, que reunió a más de 800 mil personas, y la Consulta Pública de 2024, que contó con la participación de 119 mil personas, en su mayoría docentes.
Luego del Congreso, el proceso avanzó hacia una nueva etapa de trabajo técnico, con la participación de mesas especializadas y equipos de expertos. Académicos y académicas de nuestra Facultad y de la sede Villarrica contribuyeron activamente, tanto en la consulta pública —a través del envío del documento Diálogos sobre la actualización curricular, que contiene observaciones y sugerencias de mejora, y la publicación de columnas— como en las mesas técnicas. Al respecto, la directora de CEPPE UC, Magdalena Claro, señaló: “Desde CEPPE UC participamos animando y apoyando la organización de la participación de nuestros académicos, porque sabemos que tienen mucho que aportar desde su conocimiento de avanzada en el campo educativo”.
Con estos insumos, el Ministerio de Educación ingresó en diciembre de 2024 su propuesta de actualización al Consejo Nacional de Educación (CNED), organismo encargado por ley de evaluar y aprobar las definiciones curriculares. La propuesta apuntaba a construir un currículum más flexible, contextualizado, con énfasis en habilidades clave como la lectura, escritura, ciudadanía digital y desarrollo socioemocional, entre otras.
CNED y los pilares de la resolución
En julio de 2025, el CNED resolvió no aprobar la propuesta para los niveles de 1° a 6° básico. El Consejo valoró ciertos avances, pero solicitó una revisión integral antes de poder dar luz verde al documento.
Las observaciones se agrupan en ocho dimensiones críticas. Algunas de las más relevantes incluyen:
En Matemática, se introduce el concepto de “variables aleatorias” en 5° básico, sin haber desarrollado previamente fundamentos de probabilidad, como sí ocurre en las Bases actuales.
Ejemplo: en Ciencias Naturales para 4° básico, se sugiere:
“Diseñar y evaluar soluciones para resolver problemas del entorno considerando las propiedades de los materiales, las interacciones entre seres vivos y su ambiente, y el uso responsable de recursos naturales.”
El CNED considera que esta redacción es difícil de traducir en acciones concretas en el aula.
Sobre este punto, Olga Espinoza, académica de la Facultad de Educación UC, destaca que uno de los desafíos que aún debe subsanar la propuesta es precisamente la formulación de los Objetivos de Aprendizaje (OA). La Unidad de Currículum y Evaluación (UCE), inicialmente propuso la tridimensionalidad en su redacción, es decir, la integración de conocimientos, habilidades y actitudes, con la finalidad de comunicar la necesaria articulación de los diversos tipos de aprendizaje que se aspira a desarrollar en la experiencia escolar. “La complejidad técnica de una redacción que apele a esa integración es enorme, puesto que el resultado de dicha formulación tenderá a ser abultada”, explica. Esta situación, plantea Espinoza, invita también a reflexionar sobre la formación inicial y continua del profesorado, promoviendo capacidades que les permitan leer con experticia profesional las prescripciones curriculares y reconocer, más allá del formato, los propósitos integradores del currículum.
Horacio Solar: “Rechazo no es fracaso, es una etapa del proceso”
Frente a la noticia del rechazo, Horacio Solar, investigador de CEPPE UC y profesor asociado de la Facultad de Educación, entrega una mirada serena, técnica y pedagógica.
Solar enfatiza que lo ocurrido con el CNED no debe interpretarse como un fracaso, sino como una etapa habitual dentro de un proceso de construcción curricular. “Estamos hablando de una actualización, no de una reforma estructural. Estas devoluciones del CNED son parte del ciclo de validación que contempla la ley. No es algo excepcional”, explica.
En esa misma línea, Olga Espinoza subraya que estas iteraciones entre la UCE y el CNED están contempladas en nuestro marco legal, y su existencia contribuye a fortalecer la solidez conceptual, disciplinar y técnica de las propuestas. No obstante, advierte que los tiempos involucrados podrían tener efectos indeseados: “se extiende el periodo de espera por actualizaciones que son consideradas necesarias y, en algunos casos, urgentes, tanto por el profesorado y las comunidades educativas como por el campo académico y las instituciones formadoras de profesores y profesoras”.
Uno de los principales focos del trabajo ha sido la reducción y reorganización de los Objetivos de Aprendizaje, con el propósito de construir un currículum más claro, manejable y pertinente para su implementación en las aulas. Según explica Solar, el diagnóstico inicial fue contundente: “hay demasiados objetivos, muy centrados en contenidos. La propuesta busca priorizar sin sacrificar profundidad, permitiendo a los docentes trabajar con mayor sentido pedagógico y menos presión por cumplir con una cobertura excesiva. La idea es formular menos objetivos, pero que sean más claros y significativos para toda la comunidad educativa. El proceso ha tomado más tiempo del esperado, pero en general hay consenso en que ese es el camino correcto.”, aclara.
A esta intención se suma otro desafío clave: avanzar hacia una mayor alineación con marcos internacionales, como los promovidos por la OCDE. Solar reconoce que Chile ha tenido históricamente un currículum densamente prescriptivo y centrado en la cobertura de contenidos, lo que ha dificultado el desarrollo de habilidades evaluadas en pruebas como PISA. “Nuestro currículum no está alineado con PISA, y eso se refleja en nuestros resultados. No es que no tengamos buenos estudiantes, es que no estamos enseñando para ese tipo de competencias”, plantea.
Respecto a los plazos, Solar advierte que incluso si el CNED aprueba una nueva versión durante 2026, la implementación no sería inmediata, sino que requeriría de un año adicional para adecuar al sistema. “Ningún sistema cambia su currículum de un día para otro. Hay que preparar a los actores, capacitar, acompañar. Esto no es automático, y nunca lo ha sido”, sostiene. La implementación sería para 1° a 3° básico en 2027; de 4° a 6° básico en 2028; y de 7°básico a 2° medio en 2029.
Frente a los titulares alarmistas que circularon tras el rechazo del CNED, el académico de CEPPE UC es claro: no se trata de una crisis, sino de una etapa propia del proceso. “Se ha sobredimensionado la noticia. El rechazo no suspende el proceso, lo redirige. Este es un momento para afinar lo que falta, no para retroceder”, enfatiza.
Una mirada institucional: avanzar en un proceso iterativo y participativo
La visión de Solar está en sintonía con lo planteado por Viviana Castillo, Coordinadora Nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación del Mineduc, quien, a través de una columna publicada en la prensa, recordó que el proceso no se detiene y que las Bases vigentes siguen en aplicación.
“Lo que ocurrió con la propuesta es parte de un procedimiento regulado por ley, que contempla evaluaciones y retroalimentación como la del CNED. Este es un proceso riguroso, basado en evidencia y participación”, afirmó.
Lo que viene
El Ministerio de Educación ya trabaja en una reformulación de la propuesta, incorporando las observaciones del CNED. Se espera ingresar una nueva versión durante los próximos meses.
Mientras tanto, las comunidades escolares continuarán trabajando con el currículum vigente —complementado por la versión priorizada— hasta que se defina e implemente una actualización definitiva.