La educción ciudadana en escuelas católicas debe dar cuenta de la prescripción curricular estatal, además de subrayar los principios de la Doctrina Social de la Iglesia (persona, bien común, subsidiariedad y solidaridad). Adicionalmente, haciendo propia la opción preferencial por los pobres, la educación ciudadana en la enseñanza católica debe estar sustantivamente comprometida con la justicia social, los Derechos Humanos, la convivencia pacífica, el fin de las estructuras de pecado, la ecología integral y la liberación de hombres y mujeres de toda forma de opresión, lo que supone un compromiso con la transformación de la sociedad.