Con el objetivo de aportar al diseño de políticas más pertinentes para el mundo rural, CEPPE UC se encuentra desarrollando un estudio que busca caracterizar y analizar la diversidad de la educación rural en Chile, mediante la elaboración de una tipología de establecimientos educativos basada en enfoques territoriales, bases de datos nacionales y Sistemas de Información Geográfica (SIG).
Este proyecto —solicitado por la Subsecretaría de Educación Pública en el marco del desarrollo de la Política de Educación Rural Gabriela Mistral— se enmarca en una creciente necesidad de comprender la ruralidad más allá de definiciones dicotómicas entre lo rural y lo urbano, y de visibilizar las múltiples dimensiones que configuran las experiencias educativas fuera de las ciudades. Entre los desafíos que enfrentan las escuelas rurales destacan la escasez de docentes, la modalidad multigrado, los problemas de conectividad y el acceso desigual a recursos pedagógicos y tecnológicos.
“El estudio busca entregar al país una herramienta concreta para reconocer la complejidad y diversidad de las escuelas rurales, que muchas veces son invisibilizadas por definiciones que no reflejan su realidad”, señala Cristóbal Villalobos, investigador responsable del estudio y subdirector de CEPPE UC. “No se trata solo de clasificar escuelas, sino de comprender sus contextos, su diversidad, su rol social y cultural en las comunidades, promoviendo así una perspectiva de lo rural que reconozca esta complejidad y que se haga cargo de los cambios demográficos y económicos del país”.
Según datos del Ministerio de Educación, en 2022 existían 3.247 establecimientos rurales en el país, los cuales atienden a más de 280 mil estudiantes.
De estos, un 77,48% corresponden a establecimientos públicos, 22,3% a particulares subvencionados y 0,22% a particulares pagados. En cuanto a la distribución geográfica, la mayor cantidad de establecimientos rurales se encuentra en la región de La Araucanía, con 607 escuelas, seguida por las regiones de Los Lagos (508) y Maule (373).
De estos establecimientos, un 73,8% se encuentra en nivel básico, y más del 68% cuenta con aulas multigrado, reflejando la adaptabilidad y particularidades de estos espacios educativos. Además, un 37% de estas escuelas tiene un 20% de matrícula indígena, y en términos migratorios, dichos colegios acogen a 71.304 estudiantes extranjeros lo que equivale al 4,9% del total de matrículas.
La propuesta contempla una metodología de trabajo mixta, que combinará análisis cuantitativo y cualitativo, incluyendo una revisión de la literatura internacional, análisis de casos paradigmáticos, análisis de bases de datos administrativas y la aplicación de distintos modelos de tipologías. Adicionalmente, contempla una etapa de validación participativa con actores del territorio, buscando así rescatar la voz y particularidades de los distintos actores del mundo rural. El objetivo final es que esta tipología sirva no solo para clasificar, sino también para proponer medidas de mejora en los sistemas de información del Ministerio y en la normativa vigente, fortaleciendo el desarrollo sostenible de la educación rural.
En palabras de Villalobos: “Necesitamos una política educativa que no solo llegue al territorio rural, sino que lo comprenda y lo valore. Esta tipología es un paso en esa dirección”, finalizó.